Las campañas de desinformación en contextos electorales son uno de los temas actuales de debate, que pone en el centro de la escena la pregunta por el poder de las plataformas y las formas emergentes de regulación en el entorno digital.
En el panel sobre la “Regulación de los gigantes de Internet y las fake news en contextos electorales” que se realizó el 22 de mayo en Buenos Aires, OBSERVACOM junto con la Asociación por los Derechos Civiles (ADC), académicos y representantes la Cámara Electoral coincidieron en la necesidad de definir de forma correcta el problema de las “fake news” o noticias falsas y centrar los esfuerzos contra las estrategias de desinformación deliberadas que tengan como objeto ocasionar un daño.
En el evento, organizado por la Fundación Friedrich Ebert (FES) de Argentina junto con CEMUPRO (Centro de Estudios Municipales y Provinciales), el Director Ejecutivo de OBSERVACOM, Gustavo Gómez, planteó que el problema de las “fake news” no es nuevo, en cambio apuntó a que la novedad es el nivel de impacto y viralización que tienen en su circulación a través Internet.
Compartiendo con los demás panelistas que la preocupación deberían ser las campañas de desinformación, aseguró que para enfrentar las noticias falsas “el esfuerzo principal no es regulatorio… El esfuerzo tiene que ser educación, investigación periodística… No menos información, sino más periodismo y más información para contrarrestar noticias falsas… Esto no significa que el planteo de “ninguna regulación” sea adecuado. Eso no es deseable y tampoco realista, ya que hay regulación privada”, explicó Gómez.
En este sentido, Ana Bizberge, Editora de Contenidos de OBSERVACOM planteó que las plataformas se posicionan como gatekeepers privados para la circulación de discursos en Internet que, a través de mecanismos directos e indirectos -como la priorización, pero también la remoción- pueden decidir qué es “falso” o “verdadero”.
Esta situación se encuentra agravada porque se verifica un proceso de consolidación en el ecosistema digital, aseguró Bizberge, por el que pocas empresas concentran el poder en Internet en la capa de aplicaciones.
El investigador Martín Becerra apuntó a la distinción entre “fake news” (noticias falsas, siempre han existido en los medios tradicionales también) y desinformación, esta última caracterizada por el elemento voluntario de divulgación de algo que es falso. Desde su perspectiva, para evitar la propagación de este tipo de contenidos hay que quitar incentivos a las plataformas, lo cual implica revisar las políticas de regulación privada, hacer más transparente la lógica de funcionamiento de los algoritmos, los criterios de moderación de contenidos, entre otros aspectos.
Por su parte, Eduardo Ferreyra, analista de ADC, apuntó a la centralidad de la transparencia de las plataformas en el uso de los datos frente al fenómeno de la desinformación. “El problema de las fake news es institucional no personal… esconde el tratamiento poco transparente de los datos…”. Explicó que en las campañas políticas se manipulan datos a partir del análisis de determinados perfiles y de ese modo se contribuye a la propagación de ciertos contenidos entre determinados grupos..
Por último, Alejandra Lázzaro, Secretaria de la Cámara Nacional Electoral (CNE) de Argentina, destacó la importancia de la educación ciudadana para combatir los procesos de desinformación en campañas electorales. Además dijo que la CNE trabaja junto a Google, Facebook y Twitter en la firma de un acuerdo para garantizar que las plataformas cierren cuentas cuando detecten información falsa sobre el proceso electoral.
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