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AnálisisAnálisis - Chile

La televisión no ha muerto

Por primera vez las descargas de contenidos audiovisuales por streaming y las descargas de música superan a la venta de discos en Estados Unidos, según el informe anual 2014 de la industria musical. Claramente los contenidos “a la carta” tienen una amplia aceptación social y la tendencia es que las personas los consuman a través de Internet prioritariamente. Esto ha llevado a muchos a sostener que la televisión abierta pierde importancia al punto que vaticinan su desaparición.

Nosotros en Fucatel pensamos, en cambio, que esta evidencia nos impone reflexionar en torno al rol de la televisión abierta en Chile y qué tipo de contenidos representarían un aporte a la diversidad y al derecho de todas personas a ser informados de manera veraz y oportuna de los hechos que suceden. Si la gente busca contenidos audiovisuales en Internet y/o progresivamente muda sus hábitos hacia plataformas como Netflix, ¿por qué sigue comprando televisores si bastaría que adquirieran un computador y contrataran el servicio de acceso a Internet? No es exactamente lo que ocurre porque según estimaciones de AOC. En Chile se venden aproximadamente 1.000.000 de televisores al año.

De acuerdo a los datos que registra SERNAC, a partir del Informe Futuro Digital Latinoamérica 2013, comScore, Mayo 2013, en Chile las personas consumen un promedio de 19,5 horas mensuales de Internet. Tratándose de la televisión, de acuerdo a la encuesta de consumo televisivo 2014, del Consejo Nacional de Televisión, el promedio de consumo por día es de 90 horas al mes y sólo el 13,3% declara ver películas y series a través de Internet. Ello puede deberse a que, de acuerdo a esta misma encuesta, aún el 32,9% de los hogares sólo tienen televisión abierta, pero también a otros factores, que creemos vale la pena explorar y en base los cuales nos oponemos a que se instale en el ideario nacional que el rol informativo, cultural y de entretención que tradicionalmente se radicaron en la televisión ahora se cumplan por Internet.

Sostenemos que la televisión dota de un sentido común a una sociedad, permite que un país vibre, se emocione, se indigne al unísono y con ello contribuye a la consolidación de nuestra comunidad y sentido nacional. Esto quedó en evidencia estos últimos días con la transmisión de las audiencias en el juicio Penta en que todos los televisores de nuestro país se encendieron para seguir con mucha atención lo que sucedía. Así también se aprecia en los eventos deportivos que involucran a nuestras selecciones o en la difusión de tragedias que han afectado a nuestro país.

De ahí que sea importante el debate sobre el pluralismo y la diversidad en la televisión y que se profundice en cómo se dará una aplicación práctica a las normas introducidas por la ley que permite la migración a la televisión digital. Si bien es necesario que toda la programación sea consecuente con estos principios, esto es particularmente relevante en los programas de debate y noticias.

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