“Nivelar hacia abajo”, “flexibilizar” el marco regulatorio de la TV paga en América Latina para promover la competencia con los actores que prestan servicios a través de Internet, fomentar la competencia y la innovación son las principales recomendaciones del informe “La TV por suscripción en un entorno convergente”, elaborado por la Asociación Interamericana de Empresas de Telecomunicaciones (ASIET), cámara que reúne a las empresas telefónicas de la región, muchas de las cuales ofrecen servicios de TV paga.
En este sentido, el documento propone avanzar en cinco áreas: eliminar gravámenes específicos a la TV de paga; aligerar los requerimientos de información a los proveedores de TV de paga; aligerar los controles regulatorios sobre contenidos y publicidad; sustituir el régimen de concesiones de TV de paga por uno de registro; y establecer un Análisis de Impacto Regulatorio.
“No se trata, en ningún caso de limitar las opciones de los usuarios, ni de incrementar artificialmente las cargas regulatorias para los servicios provistos sobre Internet. El desafío está en lograr adoptar un enfoque regulatorio flexible, que ante las nuevas dinámicas competitivas apunte a tener reglas similares para servicios similares. Ello en un escenario en el que para el beneficio de los consumidores resulta tan necesario un marco que propicie la innovación y desarrollo de nuevos productos y servicios, como uno que fomente la inversión en redes permitiendo así mayor cobertura, calidad y prestaciones de los servicios”, señala el estudio.
El documento toma como punto de partida el desarrollo del mercado, donde advierte la «desaceleración de la expansión de la TV paga” en base a la proyección de crecimiento. En el período 2016-2022 se estima que los servicios de video bajo demanda (VoD) crecerán a una tasa promedio del 10,9% mientras que los de TV paga lo harán al 1,7% y que para 2022, los suscriptores de VoD representarán el 40,1% de la TV paga.
No obstante, afirma que el predominio seguirá en el sector de la TV paga que detentará el 60% del total de las suscripciones de servicios audiovisuales. Además, el informe explica que en 2018 se registraron 66,9 millones de suscriptores en los países estudiados que generaron ingresos a los operadores por US$ 20,1 millones frente a los 15,9 millones de suscriptores de servicios OTT audiovisuales, con ingresos por US$ 1,2 millones.
Luego de repasar la dinámica del mercado, el estudio de ASIET da cuenta de la “fuerte” carga regulatoria del sector en las áreas de concesiones, gravámenes, contenidos y publicidad, retransmisión de contenidos, protección a los derechos de los usuarios, registro y entrega de información, y sanciones.
Por eso, ASIET plantea que “será fundamental nivelar hacia abajo la regulación conforme se hace claro que ambos servicios [audiovisual y telecomunicaciones] están convergiendo y juegan un papel similar para satisfacer las necesidades de entretenimiento de los usuarios».
Desde la perspectiva del informe, mientras que las cargas regulatorias serían barreras artificiales, “la única limitante real” es el rezago en el acceso a Internet. No obstante, se indica que “la innovación y el desarrollo en la banda ancha, particularmente la móvil, y en los diferentes tipos de dispositivos para el usuario, permitirán abatir estos rezagos en los próximos años”.
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