La concentración de la propiedad en el mundo de los medios de comunicación, tal como veremos a lo largo de este trabajo, atenta en más de un sentido contra la igualdad y la libertad de la ciudadanía en la sociedad contemporánea. Por un lado, los medios de comunicación son una pieza clave en la construcción de sujetos sociales y de la agenda pública. Son, en tal carácter, grandes productores de hegemonía, en la medida que elaboran creencias, percepciones, gustos, usos, mentalidades, opiniones, estados de ánimo, valores e identidades, tanto al interior de una comunidad nacional como –en el marco de la segunda globalización– a escala planetaria. De esta manera, podemos armar que el control sobre los medios es un componente crucial del control social.
La concentración y centralización de la propiedad en los distintos rubros infocomunicacionales (concentración conglomeral), conlleva una homogeneización del discurso, y por lo mismo, un a_anzamiento de la dominación de ciertos grupos sociales sobre el resto, consolidando relaciones de poder económicas, políticas y culturales.