La nueva investigación de OBSERVACOM “Viejos y nuevos gatekeepers en Internet” revela la consolidación del poder económico y político en unas pocas plataformas que las posiciona como gatekeepers privados con gran capacidad de incidir en la diversidad y pluralismo de informaciones y opiniones en Internet.
“Los aspectos regulatorios tradicionales anti-trust no son suficientes para enfrentar estos problemas, en especial desde un enfoque de derechos humanos, que exigen analizar la cuestión de la concentración no sólo desde la perspectiva económica sino también como un enorme poder que impacta en nuestras democracias y se opone a los principios de acceso, diversidad y pluralismo”, sostiene el estudio.
El documento se presentó hoy en RightsCon 2018 (Toronto, Canadá) durante el panel The Internet giants: Concentration on the Internet layares and its impact to freedom of expression and other human rights, organizado junto con Intervozes y APC.
El documento de OBSERVACOM señala que existe una fuerte concentración en Internet tanto en la capa de proveedores de servicios de acceso a Internet o ISP (empresas de telecomunicaciones) como también en la capa de proveedores de servicios OTT o intermediarios (empresas de Internet), todas ellas áreas claves relacionadas con la libertad de expresión y el derecho a la información.
Los intermediarios “ya no son solamente soportes técnicos y “carreteras de paso”, sino que intervienen y afectan los contenidos de sus usuarios… “Una arquitectura de algoritmos y el uso de formas de inteligencia artificial que seleccionen los contenidos que podemos visualizar en función de las predilecciones de las personas podrá́ tener buenas intenciones y ser una exitosa estrategia comercial para atraer clientes, pero no es necesariamente compatible con la diversidad y el pluralismo, un requisito fundamental para el buen funcionamiento de una sociedad democrática”, explica el documento.
El estudio propone avanzar sobre el concepto de “neutralidad de plataformas” como complementario al de “neutralidad de red”. “Los estándares interamericanos sobre libertad de expresión incluyen el principio de neutralidad de red como una condición indispensable para la libertad de expresióńn en Internet… El mismo principio debería alcanzar a otros intermediarios -es decir, no sólo a los ISP y empresas de telecomunicaciones- con el mismo fin de garantizar la diversidad, el pluralismo y el acceso a una Internet libre y abierta”, plantea OBSERVACOM.
La neutralidad de plataformas es importante porque muchas de ellas, a través de sus algoritmos, tienen responsabilidad sobre el contenido que se ve o no se ve en Internet, estableciendo una forma de regulación privada. “La toma de sus decisiones editoriales hacen de los intermediarios actores privados que se convierten en jueces en decisiones sin legitimidad ni norma legal habilitante”, expresa el documento.
En este sentido, se plantea que la autorregulación es insuficiente. “No se debería privatizar la fijación de las reglas de juego democráticas de nuestras sociedades. El mercado, por sí sólo, no puede garantizar la libertad de expresión de todas las personas ni la existencia de democracias inclusivas”.
Al mismo tiempo, la falta de mecanismos de regulación estatal para las plataformas, no puede ser la excusa para eliminar las regulaciones para sectores regulados como las telecomunicaciones. “Sería un grave retroceso en una sociedad democrática y en la conquista de derechos humanos fundamentales, así́ como la renuncia a la obligación de protección de estos derechos que tienen los Estados”, explica el documento.
Sin embargo, OBSERVACOM recuerda que el punto de partida de cualquier regulación para el nuevo ecosistema digital deberá cumplir con los estándares internacionales de libertad de expresión.
Por último, el estudio destaca la importancia de que las organizaciones de la sociedad civil adopten posiciones desde una perspectiva independiente. “Los temas centrales de este debate han estado relacionados con la competencia, las inversiones o la tributación. Se trata de aspectos indudablemente importantes, pero un enfoque economicista limita el abordaje de un asunto tan complejo como vital para la humanidad y los derechos de la persona humana”, concluye el trabajo.
Aquí se puede acceder al resumen de la investigación en español y en inglés.
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