La digitalización de la TV abierta y gratuita produce una compresión de las señales emitidas que reduce el uso del espectro radioeléctrico por el cual se trasmiten esos contenidos. Siendo un recurso finito y escaso, este ahorro amplía las posibilidades de su uso, tanto en términos de mejor calidad de imagen como de una mayor oferta de señales de TV para la población. Más espectro utilizable también significa que se abren posibilidades del ingreso de nuevos operadores para dotar de mayor diversidad los sistemas de medios nacionales, una vez que la escasez de frecuencias –uno de los argumentos más utilizados para obstaculizar el acceso a licencias de TV- ya no es la misma. Qué hacer con ese ahorro de espectro es una decisión que tiene un impacto directo en las condiciones materiales para el ejercicio del derecho a la libertad de expresión.