El Relator Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (RELE-CIDH), Pedro Vaca, cuestionó el proyecto de ley para regular a las plataformas digitales en su participación en la reunión organizada por la Comisión de Desafíos del Futuro, Ciencia, Tecnología e Innovación del Senado de Chile.
“La redacción inicial no podría contar con calificaciones positivas por la RELE en los balances que nuestro mandato encomienda hacer sobre las iniciativas legislativas que involucran el derecho a la libertad de expresión en la región”, afirmó Vaca.
Dijo que “al pasar la lupa sobre los estándares de libertad de expresión sobre el articulado debo decir que me da miedo el déficit de reconocimiento de los esfuerzos que por más de 10 años la CIDH ha hecho sobre las libertades en Internet”.
El Relator de Libertad de Expresión realizó tres recomendaciones a la Comisión de Desafíos del Futuro. En primer lugar, “sumar a las propuestas de regulación sobre Internet a distintos sectores intentando incorporar sustantivamente en los articulados los desarrollos de las distintas comunidades (académica, técnica, industria). La oficina que está a mi cargo ha desarrollado estándares que están llamados a sintonizarse con este tipo de propuestas, a acompasar los procesos y trayectorias buscando sintonías de comunidades interesadas, es una tarea tan difícil como imperativa, diría yo, imprescindible”
Además, invitó a que “los estándares interamericanos de libertad de expresión en Internet sean al menos punto de partida o por lo menos estén presentes en esta conversación”.
“La tercera indicación es que el proyecto actual se aproxima a un problema complejo pero tiende a resolverlo de manera simple y esto puede impactar el margen de certeza sobre la regulación. Se está intentando regular una situación, y así lo define el proyecto de ley, y esta situación tiene ángulos tan diversos como las posibilidades técnicas, institucionales, ciudadanas y de inversión que no se resuelven a lo largo del articulado. Cuando leo el artículo 12 por ejemplo, no puedo dejar de pensar si los sistemas judiciales de nuestros países están preparados para atender en tiempo y forma los recursos que se activan para dirimir las consecuencias”, aseguró.
También recomendó utilizar la figura de “ciudadanía deliberante” en lugar de la de “consumidor digital” que plantea el proyecto. «Uno de los aspectos más controversiales ha sido el de incorporar en la categoría de sujeto de consumidor digital. Desde el año 2009 la Relatoría ha planteado el concepto de ciudadanía deliberante que tiene el valor para servirse de su propia inteligencia y que está dispuesta a discutir con otras personas las razones que le permitan adoptar una decisión, participan de las cuestiones que le afectan y del control de la gestión pública…Yo invito que se alíen con ese concepto en cualquier proyecto de ley que considere regular sobre el ejercicio de libertad de expresión”, precisó.
Advirtió la existencia de “tres abismos, tres bordes que una regulación trae más mordazas que garantías de derechos: el primer abismo son los excesos regulatorios; el segundo es la fe ciega en la autorregulación, que cumple un papel pero resulta insuficiente para abordar los desafíos actuales de la libertad de expresión en Internet y el tercer abismo es caer en soluciones intuitivas, aceleradas por la ansiedad y con poca participación”.
Vaca llamó a “tomar distancia de las soluciones intuitivas y privilegiar el enfoque normativo que se adecue a las comunidades y que no propicie enfoques regulatorios herméticos que terminen limitando el desarrollo del funcionamiento de Internet en contra de las posibilidades de innovación”.
Sostuvo que uno de los desafíos del ecosistema digital es la pluralidad, además, planteó que “toda regulación debe considerar suficiente flexibilidad para ser revisadas y actualizadas” y que “los derechos humanos y los valores democráticos están llamados a estar en el centro de toda discusión”.
Por último, señaló que las propuestas regulatorias deberían evitar el aislamiento e integrarse a la conversación global. En este sentido dijo que tanto a nivel de UNESCO como de Naciones Unidas hay conversaciones abiertas que tienen intersección con los temas aborda el proyecto.
ENLACES RELACIONADOS:
Derechos Digitales señala graves problemas del proyecto de ley chileno sobre redes sociales