Compartimos la siguiente nota de Yery Menendez de Transparency and Accountability Initiative (TAI), en base a la entrevista de Eszter Filippinyi de TAI con Gustavo Gómez (OBSERVACOM) y Guilherme Canela (UNESCO) sobre la regulación de las plataformas digitales en Internet, analizando los desafíos y la perspectiva latinoamericana
La rápida expansión del internet y las redes sociales ha llevado a un debate apasionado sobre si es necesario o no regular las plataformas de comunicación en línea. Mientras algunos defienden la necesidad de contar con ciertos parámetros que establezcan una manera segura y saludable de comunicarse, otros rechazan la interferencia estatal y empresarial, en nombre de la libertad de expresión.
La regulación de plataformas online puede ser difícil de implementar adecuadamente, especialmente en un entorno digital en constante cambio como es el Latinoamericano. Además, encontrar un equilibrio entre la protección de los derechos de los usuarios de esas plataformas, los límites al poder de gatekeepers de unas pocas corporaciones y la libertad de expresión es un desafío constante.
Sobre los retos y desafíos de la regulación en América Latina, Eszter Filippinyi, Subdirectora de Transparency and Accountability Initiative (una colaboración de organizaciones filantrópicas) conversó con Gustavo Gómez, Director Ejecutivo de Observacom, y con Guilherme Canela, Jefe de la Sección de Libertad de Expresión y Seguridad de los Periodistas de la UNESCO.
Eszter comenzó preguntando a Gustavo sobre su punto de vista sobre regular o no regular a las plataformas online.
Gustavo: En América Latina, enfrentamos el dilema de optar entre una regulación autoritaria por parte de gobiernos o dejar que las grandes plataformas tengan un control absoluto. Creemos que debemos buscar una alternativa, un camino intermedio. No queremos censura estatal ni privada. Debemos construir una perspectiva latinoamericana en este debate y adoptar una posición proactiva para prevenir problemas en lugar de reaccionar a ellos.
Creemos que es muy necesario, posible y menos riesgoso promover un enfoque de la regulación de los procesos que las grandes plataformas utilizan para moderar y eliminar contenidos, y no tanto el enfoque de regular esos contenidos (que es el esfuerzo principal de las iniciativas legislativas en la región). Esto incluye la protección de los derechos de los usuarios y la transparencia en las reglas establecidas por estas empresas. Esto sería un gran avance en la región y en el mundo, ya que empoderaría a los usuarios y protegería sus derechos fundamentales, incluida la libertad de expresión. Además, se trata de una perspectiva que ya cuenta con un consenso importante entre los distintos multistakeholders.
Eszter: Guilherme, cómo valoras el papel de las plataformas digitales en la lucha contra la desinformación.
Guilherme: En la UNESCO, creemos que la lucha contra la desinformación y la información errónea, y la promoción de la libertad de expresión son fundamentales. Las plataformas
digitales desempeñan un papel crucial, pero es esencial que operen de manera transparente y respeten los estándares internacionales de derechos humanos.
No hay una solución única para abordar este desafío y debemos tener en cuenta las particularidades de cada región. Como mencionó Gustavo, es crucial que América Latina desarrolle su propia perspectiva en este debate global y adopte una actitud proactiva.
UNESCO promueve la adopción de guías y directrices para abordar estos problemas. Nuestro enfoque se centra en apoyar a la sociedad civil y poner en marcha una estrategia de regulación de los procedimientos que las grandes plataformas utilizan para moderar contenidos. Esto incluye garantizar la transparencia, el derecho de apelación y la rendición de cuentas. Estas medidas son fundamentales para proteger la libertad de expresión y los derechos de los usuarios en un mundo digital en constante evolución.
En otras palabras, las directrices globales buscan establecer un equilibrio entre la protección de la libertad de expresión y la mitigación de los riesgos en el entorno digital. Reconocemos que la información es un bien público global y, por lo tanto, debe ser protegida y fomentada a través de acciones colectivas a nivel global. Esto implica calificar la demanda, empoderar la oferta y trabajar en la cadena de transmisión, incluyendo la gobernanza de las empresas tecnológicas.
Quiero destacar la importancia de la colaboración y el diálogo continuo en este proceso. Las directrices globales son un paso en la dirección correcta, pero su implementación requerirá la participación de múltiples actores, incluidos gobiernos, empresas tecnológicas, sociedad civil, académicos y ciudadanos.
«No hay una solución única para abordar este desafío y debemos tener en cuenta las particularidades de cada región». Guilherme Canela
Eszter: Trabajar con múltiples partes interesadas puede ser complicado, dado que cada uno aporta perspectivas diferentes. ¿Cómo percibes, Gustavo, este proceso y su implementación en la región?
Gustavo: Creo que estas directrices de la UNESCO serán muy bienvenidas en América Latina. A pesar de las posibles dificultades en la implementación, tendremos una sólida referencia para evaluar lo que los gobiernos y otras iniciativas ya están haciendo en la región. Estas directrices son valiosas tanto como referencia como por su contenido, ya que se alinean con las preocupaciones y necesidades que hemos estado planteando respecto a la necesidad de promover la «regulación de procesos». Estas directrices no son una panacea, pero pueden ser una herramienta útil para reducir el daño causado por la desinformación y para limitar el poder de las grandes empresas que establecen reglas sin control.
Además, es importante destacar que estas propuestas no buscan restringir la libertad de expresión, sino más bien protegerla y promoverla. En ocasiones, las regulaciones pueden parecer amenazantes, pero en este caso, son necesarias para garantizar que haya más libertad de expresión y no menos. La aproximación de la UNESCO se basa en la transparencia y la rendición de cuentas, en lugar de la censura gubernamental.
La tecnología y la inteligencia artificial presentan nuevos desafíos, pero no debemos abandonar los esfuerzos que ya hemos realizado. Debemos consolidar las bases en las que estamos de acuerdo, como estas directrices de la UNESCO y otras agendas afines.
Eszter: Entiendo que estas directrices tienen el potencial de ser una herramienta valiosa en la región y de contribuir a la protección de la libertad de expresión. ¿Guilherme, puedes explicar brevemente cuál es el papel de los estados de acuerdo a estas directrices?
Guilherme: Las directrices que promovemos buscan establecer un sistema de gobernanza que cumpla con los estándares internacionales de derechos humanos y que defina lo que los estados no deben regular y lo que sí deben regular. Por ejemplo, los estados no deben llevar a cabo cierres de internet, ya que no está autorizado por el sistema internacional de derechos humanos. Tampoco deben intervenir en casos específicos de contenido, como publicaciones en redes sociales. Por ejemplo, es esencial proteger la crítica a funcionarios públicos, lo cual está amparado por la libertad de expresión. La regulación de contenido debe ser realizada por un juez, siguiendo un debido proceso legal.
Eszter: Mencionaste que las directrices también abordan el desarrollo institucional de un sistema de gobernanza independiente. ¿Podrías explicar cómo debería ser este sistema institucional?
Guilherme: El sistema institucional debe ser independiente, es decir no debe estar sujeto a influencias políticas ni a intereses de las empresas. Debe garantizar la transparencia y la rendición de cuentas. Incluso cuando se trata de autorregulación, es importante que esta sea transparente y sujeta a controles. El documento de las directrices detalla las características que debería tener este sistema, y es fundamental para garantizar una regulación equitativa y justa.
Eszter: También mencionaste que es crucial empoderar a los usuarios. ¿Podrías profundizar en cómo se puede lograr esto y cuáles son las características de la gobernanza de los procesos de curaduría y moderación?
Guilherme: El empoderamiento de los usuarios implica garantizar que puedan tomar decisiones informadas y conscientes. Esto no significa imponer restricciones en sus búsquedas, pero sí asegurar que tengan las condiciones adecuadas para hacerlo. Las directrices proponen establecer reglas y características que permitan a los usuarios tomar decisiones de manera informada y segura. En cuanto a la gobernanza de los procesos de curaduría y moderación, es importante que se realicen en las lenguas locales y no solo en inglés, y que haya transparencia en el proceso. Debe evitarse la censura arbitraria y garantizarse que las decisiones estén alineadas con los estándares internacionales de derechos humanos.
Eszter: Gustavo, mencionaste en tu intervención la importancia de acompañar el proceso en América Latina. ¿Qué planes tienen para avanzar en esta agenda en la región?
Gustavo: Estamos trabajando en colaboración con 10 organizaciones de derechos digitales para promover una campaña proactiva que se centre en la regulación de procesos en la
región. Queremos que esta agenda se instale de manera definitiva en América Latina y estamos abiertos a la colaboración de organizaciones, donantes y fundaciones que compartan nuestros objetivos. También estamos explorando formas de diálogo con el proceso de la UNESCO, ya que vemos muchas similitudes y sinergias entre nuestras iniciativas.
Eszter: Con tantas elecciones programadas en América Latina en 2024, este proceso es muy relevante. ¿Cómo planean abordar los desafíos relacionados con la desinformación y la manipulación en los procesos electorales?
Gustavo: En efecto, el próximo año será crucial (y no sólo en América Latina) con 81 elecciones programadas en el mundo. Estamos trabajando para colaborar con reguladores independientes, la sociedad civil y la academia en la región para abordar los desafíos. Creemos que es esencial aumentar el acceso a la información y promover la toma de decisiones informadas entre los votantes. Estamos abiertos a construir alianzas y colaborar con actores de los diversos sectores para lograr estos objetivos.
La regulación bien diseñada puede mejorar la seguridad en línea, proteger la privacidad de los usuarios y promover un entorno digital más equitativo y transparente. También puede fomentar la confianza de los consumidores y la inversión en tecnología.
En conclusión, la pregunta de si regular o no regular las plataformas de comunicación en línea es compleja y multifacética. La clave es encontrar un enfoque equilibrado que combine la necesaria protección de datos y privacidad con la preservación de la libertad de expresión y la competencia justa.