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YouTube censura investigación periodística del medio digital “La Encerrona” de Perú

A comienzos de octubre, YouTube eliminó un video del medio digital La Encerrona que dirige el periodista Marco Sifuentes, debido a que habrían recibido “reportes masivos” por incluir “información de identificación personal”, algo que violaría su política sobre “acoso y cyberbullying”. Los periodistas apelaron la medida, ya que se trataba de un informe de alto interés público sobre una congresista que está siendo investigada por enriquecimiento ilícito. Apenas 9 minutos después, YouTube respondió que rechazaba la apelación

De lunes a viernes a las 7 de la mañana, el programa periodístico La Encerrona de Lima, Perú, cuyo referente más visible es el periodista Marco Sifuentes, publica un video de 20 minutos en diversas plataformas digitales. Estos contenidos diarios consisten en informes de producción propia que pueden contener imágenes de archivo televisivo y documentos. Una de las plataformas donde difunden su programa es YouTube.

El 5 de octubre de 2023 publicaron el video que correspondía a ese día, sin que la plataforma cuestionara nada sobre su contenido. Es decir, el programa no estaba infringiendo ninguna norma de la plataforma ni activó filtros de carga por copyright. Media hora después de haberlo publicado, a las 7:30 AM, el periodista y su equipo de producción notaron que el video había sido removido, aunque todavía no habían recibido ninguna notificación que explicara la medida tomada por la plataforma.

El video en cuestión se trata de un informe sobre Roselli Amuruz, una congresista que tiene varias propiedades en los EEUU y en alguno de los documentos mostrados en el informe se veía el domicilio de una de esas propiedades. Esta persona ha sido motivo de numerosas investigaciones periodísticas en medios tradicionales que también la vinculan a enriquecimiento ilícito a partir de fondos públicos y conflicto de intereses, entre otros.

Algunas horas más tarde, el periodista Marco Sifuentes recibe un correo de YouTube en el que la plataforma le notifica que el video fue removido. El motivo, según la empresa, se debió a que recibieron “reportes masivos” por incluir “información de identificación personal”, algo que violaría su política sobre “acoso y cyberbullying”. Según esta política, Google prohíbe que las personas compartan, amenacen con compartir o animen a otros a compartir información de identificación personal no pública. Esto incluye, entre otros, la dirección particular de una persona, la dirección de correo electrónico, las credenciales de inicio de sesión, el número de teléfono, el número de pasaporte, los registros médicos y la información de la cuenta bancaria.

Sin embargo, esa política de la plataforma viola expresamente estándares de libertad de expresión y la propia Convención Americana de Derechos Humanos, en tanto impide la difusión de evidencias de enriquecimiento ilícito con fondos públicos por parte de una congresista. En el caso de las propiedades a las que se hace referencia en el informe de La Encerrona no se trata de su hogar en Perú, sino de propiedades en EEUU. Además, Roselli Amuruz es una persona expuesta voluntariamente a mayor escrutinio y, por su rol y funciones, con menores privilegios para informar sobre su vida privada, en tanto se vincula a hechos de innegable interés general y público.

En el mismo correo, YouTube ofrece la posibilidad de apelar, por lo que los periodistas decidieron presentar la apelación siguiendo el paso a paso de los mecanismos internos de la plataforma, esperando que la medida fuera revisada y se revirtiera.

Sin embargo, apenas 9 minutos después de presentar la apelación, al periodista Sifuentes le llegó un segundo correo electrónico de YouTube en el que la plataforma informaba que la misma había sido rechazada.

Considerando que el video tiene una duración de 20 minutos, es imposible que una persona haya podido ver el material en el tiempo entre un correo y otro para revisar si la medida que se había tomado era correcta o no. En difícil creer que en apenas 9 minutos YouTube haya podido llevar a cabo una revisión adecuada y mesurada de la decisión y analizar el contexto de la información incluida en el informe periodístico, de forma de sopesar debidamente la ponderación de los derechos en juego, tales como la libertad de expresión y el derecho a la información, por un lado, y la privacidad y la protección de datos personales, por el otro.

El video de La Encerrona, removido de YouTube, aún puede verse en Instagram y TikTok.


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