“El problema para que no se legisle la existencia de la radio y la televisión comunitaria es político”, sentenció Oscar Pérez, de la Fundación Comunicándonos de Guatemala y representante para Centroamérica de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC) en una presentación realizada ante el Congreso de la República a mediados de agosto.
Pérez señaló que tanto la Superintendencia de Telecomunicaciones (SIGET) como la gremial de las emisoras comerciales, entre otros, sostienen que el espectro radioeléctrico está saturado y no hay espacio para nuevos medios. “Ese argumento es totalmente falso… todos sabemos que la preponderancia de la radio y la televisión comercial en Guatemala ha respondido a la imposición de los intereses económicos y políticos de gremios como la Cámara de Radio y Televisión o de intereses particulares como los de Don Ángel González”, indicó.
El ingeniero Calixto Rodríguez dio detalles técnicos para avalar la afirmación de la falacia de saturación del espectro. Indicó que “esto sería cierto únicamente si las concesiones para el usufructo de las frecuencias fuesen todas de cobertura nacional, ese no es el caso de Guatemala”, donde las frecuencias de radio FM tienen alcance máximo regional. “Esto abre la posibilidad de que se pueda configurar el sistema de transmisión (potencia, antenas, altura, etc.) de tal manera que una misma frecuencia pueda ser reutilizada en distintas regiones del país”, afirmó Rodríguez.
Entre las recomendaciones realizadas ante el Congreso, se puede señalar el pedido de elaboración de un estudio de factibilidad a nivel nacional para facilitar el acceso a frecuencias al sector comunitario, la realización de una auditoría administrativa para verificar las circunstancias en que se entregaron las frecuencia en usufructo y el reconocimiento de los tres sectores de la radiodifusión (público, privado comercial y privado sin fines de lucro), con la consecuente asignación de espectro al sector comunitario.
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