La Junta de Supervisión de Facebook es una iniciativa positiva, aunque limitada para proteger eficazmente los derechos de sus usuarios. En su actual diseño, no sería un organismo externo ni independiente sino un mecanismo de autorregulación empresarial. Su existencia no puede sustituir al derecho de defensa y acceso a la Justicia de parte de cualquier persona en una sociedad democrática, ni puede bloquear una regulación inteligente y democrática de las grandes plataformas, necesaria para limitar su concentrado poder de gatekeepers sobre las informaciones y expresiones en línea.