Andrés Colmán Gutiérrez*/Paraguay, Mayo 2016
La televisión sigue siendo el medio con mayor alcance, penetración y poder en Paraguay, pero siete de los nueve canales nacionales de aire, en el sistema VHF, se encuentran concentrados en manos de dos poderosos grupos empresariales, uno de ellos en manos de un grupo más pequeño y otro en manos del Estado.
Canal 9, el más antiguo, que nació hace medio siglo, en 1965, en el entorno familiar del dictador Alfredo Stroessner, y que por varias décadas fue utilizado como un medio de propaganda del régimen, luego de pasar por varias manos políticas y empresariales, hoy pertenece a la red latinoamericana de medios Albavisión, del mexicano-estadounidense Angel “El fantasma” González, con sede en Miami.
Pero González, junto con algunos socios paraguayos y argentinos, no solo maneja el histórico Canal 9, sino también otros tres canales de aire: Canal 5 Paravisión, Canal 12 Paraná Tevé, y Canal 10 Sur.
Los dos últimos canales eran solamente repetidoras del Canal 9, pero aprovechando una coyuntura política de inestabilidad, tras el golpe parlamentario que derrocó al presidente Fernando Lugo en junio de 2013, su sucesor Federico Franco realizó algunas modificaciones en la reglamentación interna de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL) y permitió que el 12 y el 10 se conviertan en señales de alcance nacional. Esta decisión provocó la reacción de protesta de los demás canales afectados, que presentaron una acción de inconstitucionalidad ante la Justicia. El conflicto prosigue a nivel judicial, sin haberse resuelto.
Con escasos contenidos periodísticos, con sus noticieros volcados principalmente a crónicas policiales y dramas vecinales, con un fuerte contenido sensacionalista, y con mucha difusión de productos “enlatados”, principalmente telenovelas mexicanas y venezolanas, además de serie clásicas norteamericanas, los cuatro canales del grupo de “El Fantasma” se distinguen por una línea política de convivencia con los gobiernos de turno, con más enfoques propagandísticos que críticos.
En segundo lugar en los niveles de concentración se encuentra el Grupo Vierci, del acaudalado empresario paraguayo Antonio J. Vierci, dueño de Canal 4 Telefuturo y Canal 11 La Tele, que además ahora administra el Canal 2 Red Guaraní, de propiedad del empresario José Luis Manzoni Wasmosy, primo del ex presidente Juan Carlos Wasmosy.
El grupo Vierci maneja además otros medios muy importantes, como el diario Última Hora y la radio Monumental, y aunque en sus canales dan mucho espacio a programas de entretenimiento, también sostienen noticieros con contenidos equilibradamente críticos y varios programas de entrevistas y debates políticos. La postura ante los gobiernos y poderes fácticos ha sido variable, y en muchos casos los conductores de los principales espacios periodísticos han tenido posturas encontradas ante las luchas y las reivindicaciones de los movimientos sociales.
Un tercer grupo empresarial más pequeño, el Grupo Chena, del joven empresario Cristian Chena, es propietario del Canal 13, un medio que históricamente nació durante la dictadura stronista como el segundo del Paraguay, ligado a una familia muy cercana a la del dictador Stroessner, los Bo, pero también ha pasado por varias manos políticas y empresariales, hasta recalar en su actuales dueños.
Chena, quien emergió como empresario ligado a la venta de dominios en internet y productos webs, actualmente le confiere al canal 13 un contenido preferentemente periodístico, con noticieros y programas de entrevistas e investigación, con un fuerte contenido crítico contra el actual gobierno del presidente Horacio Cartes. Es además propietario del diario popular Extra, y hasta hace pocos meses tenía una de las radios más escuchadas, Cardinal, que acabó vendiendo al director del diario ABC Color, Aldo Zuccolillo.
Un intento por romper esta concentración se dio en 2011, durante el gobierno de alianza socialista y liberal del ex obispo Fernando Lugo, cuando el entonces ministro de Comunicación, Augusto dos Santos, impulsó la creación de la Televisión Pública, Canal 14, pero el enfoque diferente y de apertura a lo social y cultural que impulsó el proyecto se apagó tras el golpe parlamentario que echó a Lugo del poder en 2013. Actualmente la Televisión Pública, que cambió su nombre por Paraguay TV HD, intenta ser una propuesta más comercial, pero pierde muy lejos frente a los grandes grupos corporativos y sufre de una gran orfandad de audiencia.
Un décimo canal de aire logró obtener licencia en el sistema VHF y emergió recientemente, con señal solo a nivel regional, en la ciudad de Encarnación, Itapúa, en la zona sur del país. Se trata de Mas TV, Canal 51, perteneciente al Grupo Repsur, de una poderosa familia de empresarios de la región, los Hrisuk, que en el pasado estuvieron muy ligados al gobierno del dictador Alfredo Stroessner. Actualmente, sin embargo, su señal busca innovar en contenidos periodísticos, con numerosos noticieros y programas de entrevistas, con una gran calidad técnica preparada para pasar a la señal digital.
La alta concentración de los canales de televisión, si bien tienen un poderoso efecto en la dinámica de los medios y la política en el Paraguay, tiene una influencia relativa frente al enfoque crítico de los principales diarios (que son los que realmente demostraron poder de movilizar a la ciudadanía con sus investigaciones, y de tumbar ministros), y ante un cambiante panorama al que se enfrentan los propios empresarios de televisión, ante el crecimiento de ofertas en canales de cable y el próximo paso de la televisión analógica a la televisión digital, del sistema de VHF a UHF, que permitirá que más señales puedan hacer uso del espectro de comunicaciones.
La CONATEL ha anunciado que el “apagón analógico” debía hacerse originalmente en 2022, pero el plazo se corrió hasta el 2024, aunque varios canales comerciales anunciaron que empezarán a transmitir en formato digital en 2018, y varios nuevos se irán sumando.
Entre las nuevas propuestas de canales digitales se anuncia el del Grupo Zuccolillo, del actual director del diario ABC Color, Aldo Zuccolillo, el más influyente empresario de prensa en Paraguay. El mismo ha intentado en varias oportunidades poseer su propio canal de televisión en VHF, pero nunca pudo lograr la compra de los existentes, ni la concesión de licencia de una nueva señal, probablemente por razones políticas. Actualmente ya tiene una gran infraestructura de televisión digital montada, transmitiendo en internet desde la página digital de su diario, pero no ve la hora de crecer en el sistema UHF.
La gran expectativa es que con el paso a la TV digital puedan ampliarse las propuestas y se permita ingresar a nuevos actores, más ligados a movimientos sociales y sectores ciudadanos, pero hasta ahora no se ven muchas indicaciones de que ello ocurra. Aunque hay algunos proyectos de productoras independientes que plantean señales alternativas, como el canal Let TV, dirigido por el periodista de investigación Augusto Barreto, con respaldo del empresario ecuatoriano Carlos Avilés, de Lobo Entertainment Recording, lo más probable es que quienes más ingresen sean otros grupos empresariales locales con intereses políticos bien definidos, como el Grupo Cartes, ligado al actual presidente Horacio Cartes, que en el último año ha adquirido los diarios La Nación, Crónica, Popular y las emisoras 970 AM y Montecarlo, y que está desplegando toda una infraestructura de televisión en torno al soporte web del diario La Nación y la señal HEI de televisión por cable, medios que hasta ahora han sostenido un contenido principalmente oficialista, y que recientemente han sido denunciados por censurar una serie de reportajes investigativos sobre sacerdotes de la Iglesia Católica acusados de pedofilia.
A pesar de las denuncias y los insistentes reclamos de gremios de comunicadores como el Sindicato de Periodistas del Paraguay (SPP), el Foro de Periodistas Paraguayos (Fopep) y la organización Voces Paraguay, que nuclea a las radios comunitarias, no se ha trabajado hasta ahora en un nuevo marco legal que ponga límites a la concentración de medios. Solo una fuerte movilización y presión ciudadana, que logre el respaldo de varias fuerzas políticas, puede lograr revertir esta crítica situación.
*Periodista y Directivo del Foro de Periodistas Paraguayos (FOPEP).
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