OBSERVACOM comenzó un importante estudio regional sobre “Políticas públicas y entornos normativos adecuados para la sostenibilidad de los medios comunitarios y de proximidad en América Latina” con apoyo del Programa Internacional para el Desarrollo de la Comunicación (PIDC) de UNESCO. Culminará a mediados de 2022 con un informe comparado que incluirá recomendaciones dirigidas a las autoridades reguladoras y del sector que sirvan como insumos para eventuales revisiones y reformas de las políticas públicas para el sector
La investigación -iniciada a fines de este año- releva los marcos regulatorios y las políticas públicas de radiodifusión en 10 países de América Latina para analizar su impacto en la sostenibilidad de los medios comunitarios e indígenas, a la vez que identificará buenas prácticas internacionales.
El proyecto impulsado por OBSERVACOM con contrapartes nacionales elaborará informaciones, herramientas y propuestas que permitan al movimiento de medios comunitarios y organizaciones de libertad de expresión desarrollar sus capacidades de incidencia en estos temas. Al mismo tiempo, se creará una base de datos de acceso abierto y actualizada que pueda servir de referencia de información útil para los directivos de los entes reguladores y autoridades responsables de la formulación de políticas públicas en la región.
Los medios de comunicación comunitarios y de proximidad son una condición necesaria para la existencia de sociedades plurales, diversas y democráticas, especialmente en regiones desiguales como América Latina. Actualmente, la sostenibilidad de estos medios independientes y dirigidos por la comunidad está en riesgo. La construcción de estrategias que promuevan su supervivencia y fortalecimiento es uno de los principales desafíos para garantizar el ejercicio de la libertad de expresión y el empoderamiento de la ciudadanía en nuestra región.
Decidido apoyo de UNESCO para un tema impostergable: la sostenibilidad de los medios comunitarios
Según UNESCO, los medios comunitarios y de proximidad son aquellos «medios independientes, dirigidos por y para la comunidad«, que conciben la comunicación de forma participativa y autónoma, al tiempo que se constituyen como condición necesaria para la existencia de un sistema de medios plural y diverso y una parte especialmente importante en la construcción de sociedades democráticas sanas. A través de los medios comunitarios «las comunidades se apropian de su propio desarrollo y, por lo tanto, pueden expresar opiniones o debatir sobre diversos temas, así como promover la cultura, la historia y la lengua de su propia comunidad«.
Sin embargo, históricamente, los medios comunitarios han sido excluidos de los procesos de formulación de políticas públicas y legislación en materia de comunicación. Pese a que los primeros medios comunitarios en América Latina datan de finales de los años 40, su reconocimiento en la legislación de los países latinoamericanos recién surge en las últimas décadas. Durante los procesos de democratización en América Latina, el sector de los medios comunitarios creció en tamaño y relevancia. Desde entonces se comenzó a exigir su inclusión en las leyes nacionales y su reconocimiento sin discriminación, a la vez que la adopción de medidas afirmativas para su desarrollo.
Gracias al apoyo del Programa Internacional para el Desarrollo de la Comunicación (PIDC), OBSERVACOM se lanzó a realizar una revisión del marco regulatorio y de las políticas públicas de radiodifusión en varios países de América Latina, considerando los Indicadores de Desarrollo Mediático de la UNESCO y estándares interamericanos de libertad de expresión.
Creado en 1980, el PIDC es el único foro multilateral del sistema de las Naciones Unidas diseñado para promover el desarrollo de los medios de comunicación en los países en desarrollo.
A través de este proyecto conjunto, la iniciativa busca facilitar el diálogo entre múltiples actores para promover la conversación pública de estos temas en la agenda regional de la libertad de expresión, especialmente entre organismos regionales y multilaterales como la UNESCO, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y su Relatoría Especial para la Libertad de Expresión.