El Secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin, dejó las negociaciones ya que no se habían logrado progresos, anunció el Representante de Comercio de Estados Unidos, Robert Lighthizer. «No estábamos avanzando y el Secretario tomó la decisión de que… en lugar de irse por su cuenta, simplemente diría que ya no estamos involucrados en las negociaciones”, aseguró Lighthizer ante el Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos.
Por su parte, desde la Comisión Europea señalaron que si no se alcanza una solución global, se considerará la implementación del impuesto a nivel europeo. Paolo Gentilioni, Comisionado Europeo para la Economía, dijo que “la Comisión Europea quiere una solución global para llevar la tributación corporativa al siglo XXI… pero si eso resulta imposible este año avanzaremos con una nueva propuesta a nivel de la Unión Europea”.
En este sentido, voceros del Tesoro de Reino Unido aseguraron que continuarán trabajando con sus socios internacionales para alcanzar el objetivo si no es posible una solución global.
Desde la perspectiva de Francia, la decisión de Estados Unidos es una “provocación”. “La carta es una provocación hacia todos los socios de la OCDE cuando estamos a pocos centímetros de lograr un acuerdo sobre impuestos para los gigantes digitales”, dijo Bruno Le Maire, Ministro de Finanzas de Francia.
En la misma dirección, desde el gobierno de España plantearon que no aceptarán amenazas de otros países para introducir impuestos a los servicios digitales.
El año pasado, la OCDE presentó una propuesta para reformar el sistema de tributación para que plataformas de Internet paguen más en donde generan más ingresos. Alrededor de 140 países participan de la mesa de negociación alrededor de esta iniciativa.
En paralelo a las discusiones multilaterales, recientemente, Francia y España aprobaron un impuesto del 3% para los servicios digitales, aunque aún no han comenzado a aplicarlos.
Como reacción a estos movimientos, Estados Unidos inició una investigación formal sobre los impuestos a los servicios digitales que han adoptado o están por adoptar distintos países que son socios comerciales de Estados Unidos. La iniciativa se enmarca en la Sección 301 de la Ley de Comercio, que otorga al Presidente amplias facultades para imponer aranceles si considera que las prácticas de comercio de otros países son injustas para las empresas de Estados Unidos.
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