Google redujo información del impacto ambiental de vuelos para no afectar la industria de la aviación

Foto: Aplicación de Google (Pexels).

Por Carolina Martínez Elebi

Foto: Aplicación de Google (Pexels).

A fines de agosto, el periodista de la BBC especialista en clima, Justin Rowlatt, reveló en un artículo que Google Flights había eliminado datos e información sobre las emisiones de los vuelos con respecto a su impacto ambiental, dando cuenta de la importancia del buscador en su rol de editor de la información a la que acceden sus usuarios.

¿De qué se trata esto? A través de su servicio Google Flights (Google Vuelos, en español), la empresa incluye los datos de las emisiones de carbono en los resultados de búsqueda y en las páginas de reserva de los vuelos, con el objetivo de ayudar a sus usuarios a “elegir los viajes más convenientes”, como indican en su página de ayuda.

¿Qué eliminó Google? Desde el mes de julio, la empresa decidió excluir todos los impactos de los vuelos sobre el calentamiento global, excepto el CO². En su sitio web la empresa explica precisamente que el usuario puede ordenar por las emisiones de CO² -es el único dato que menciona-, de menos a más o mostrar sólo las opciones de vuelos con las emisiones más bajas de lo habitual para esa ruta.

La compañía ha dejado afuera de su servicio el impacto global de la aviación en el clima al eliminar del cálculo al efecto de las estelas de los aviones -esas nubes largas y delgadas en lo alto de la atmósfera- que atrapan el calor irradiado por la Tierra y generan un efecto de calentamiento neto en el planeta. De hecho, el sector de la aviación es responsable de alrededor del 3,5% del calentamiento causado por la actividad humana.

Algunos expertos consultados por la BBC dicen que los cálculos de Google ahora representan poco más de la mitad del impacto real en el clima de los vuelos. La BBC calculó que antes del cambio en la ecuación, la herramienta podía mostrar que un vuelo de Seattle a París emitía 1.070 kilogramos de dióxido de carbono equivalente (kgCO2e) por persona mientras que después del cambio, este dato se reduce a solo 521 kgCO2e.

Según aclara la compañía, para estimar las emisiones de carbono de los vuelos Google utiliza datos proporcionados por terceros. Entre ellos, se encuentran los datos que ofrecen las aerolíneas, como el origen, el destino, el tipo de avión y el número y la disposición de los asientos en cada clase. Otros factores para establecer ese nivel son “que el avión gaste menos combustible o que la ruta sea más corta”. Por ejemplo, las clases turista premium, business y primera son las de emisiones más altas debido a que los asientos ocupan más espacio.

La estimación que utiliza Google, según explica, es la de “la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) con el modelo algorítmico más actualizado del 2019”. Así es cómo Google puede etiquetar a los vuelos como “Más emisiones”, “Emisiones típicas”, “Menos emisiones” o “Emisiones desconocidas”.

Sin embargo, según el artículo de la BBC, en Google Flights los vuelos ahora parecen tener mucho menos impacto ambiental que antes. ¿A qué se debe este cambio? A que el motor de búsqueda ha eliminado un factor clave del calentamiento global de su calculadora online de la huella de carbono de los vuelos. Sobre esto, el doctor Doug Parr, jefe científico de Greenpeace, ratificó: “Google ha borrado una gran parte de los impactos climáticos de la industria de la aviación de sus páginas”.

¿Qué rol juega Google? Cuando la empresa anunció el cambio en la forma de calcular las emisiones de carbono en la plataforma GitHub argumentó que el cambio surgía luego de “discusiones recientes con socios académicos y de la industria” y que, a pesar de que creen “firmemente” en incluir los efectos distintos al CO² en el modelo a largo plazo, “los detalles de cómo y cuándo incluir el resto de los factores requieren más aportes de nuestras partes interesadas como parte de un modelo de gobernanza que está en desarrollo”.

La empresa, cumpliendo con un rol de editor de la información que se publica en sus plataformas, y no como un mero intermediario, ante la necesidad de decidir entre proveer información de interés público -como es el impacto ambiental de una industria masiva- y cuidar su negocio publicitario, la empresa optó por la segunda opción, según informa la BBC.

¿Qué significa este cambio en cuanto al derecho a la información de los usuarios? Google modificó el verdadero impacto ambiental de los vuelos al retocar la forma en la que realiza ese cálculo. ¿Y cuáles pueden ser las consecuencias de recibir menor información que antes?

Kit Brennan, fundador de Thrust Carbon, una compañía del Reino Unido que se especializa en ayudar a las empresas a reducir el efecto que sus viajes tienen sobre el clima, expresó su preocupación por el hecho de “que se ignore el impacto del equivalente a cientos de millones de toneladas de CO² porque se ha vuelto invisible para los clientes”. A Brennan le preocupa que los usuarios y consumidores puedan llegar a creer que los impactos en el clima de otros factores distintos del CO² no son relevantes a largo plazo, a pesar de que la ciencia contradice este punto de vista.

En este sentido, es probable que los cambios realizados por Google tengan efectos de largo alcance, ya que la metodología de cálculo de carbono de la compañía está reconocida como el estándar de la industria en aviación. Lo usa la agencia de viajes Skyscanner, una de las más grandes del mundo, pero también otras empresas de viajes en línea han expresado su interés en usarlo: Booking. com, Tripadvisor, Visa y Expedia.

El problema de la edición de esta información en un servicio ofrecido por una empresa tan grande, en un mercado tan concentrado, es la escala de su impacto. Teniendo en cuenta que, en Occidente, Google concentra nueve de cada diez búsquedas en internet, su cambio de política tiene directa incidencia en el mercado de pasajes aéreos.

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